DEVI MAHATMYAM
Del Markandeya Purana
ef
Sahaja Yoga Colombia
2011
Capítulo Primero
Aquel noble rey, Suratha, había
gobernado su próspera tierra como un padre benevolente, hasta que una
conspiración de reyes envidiosos atacó su reino y lo redujo a una sola ciudad; e
incluso allí, él había sido debilitado por ministros traicioneros. Pretendiendo
que se iba de caza, el Rey escapó de ser asesinado huyendo al bosque, donde que
encontró refugio en el pacífico Ashram del Rishi (santo) Medhas.
El rey Suratha estaba tan lleno de
dolor, que no podía descansar. Un día, mientras vagaba escondido dentro de los
jardines y árboles, descubrió a otro hom-bre sentado en el camino. Este hombre,
elegantemente vestido, se veía abatido.
El Rey preguntó tiernamente al extraño:
“¿Quién es usted señor? Siento que tiene un gran pesar en su corazón. ¿Qué lo
trae aquí a este calmado lugar?” El comerciante se levantó, e inclinándose
agradeció al Rey por su amable atención, a la vez que se presentaba. Su nombre
era Samadhi. Se sentaron y compartieron sus penas: el comerciante había sido
cruelmente expulsado de su propia casa por su desleal esposa y codiciosos
hijos.
“Pero, oh Rey, no puedo dejar de
preocuparme por el bienestar de mi familia. Los amo a todos y temo por sus
almas, por haber actuado con tanta maldad”.
La voz del Rey era suave y
relajante: “Es extraño, ¿no cree?, que usted se aflija y preocupe por estas
personas, cuando ellas han sido tan insensibles con usted”. El comerciante
respondió: “Oh Rey, incluso cuando usted hablaba, el mismo pensamiento vino a
mi. Me pregunto qué es lo que nos une tan profundamente a nuestro destino,
cuando somos incapaces de alterar estas situaciones”.
“Ya que nuestro destino nos trajo
aquí,” dijo el Rey, “busquemos el consejo del Rishi Medhas sobre este asunto”.
Se levantaron, y con pasos decididos se acercaron al lugar de morada del Rishi.
El Rey y el comerciante se inclinaron, y respetuosamente tocaron los pies del
antiguo sabio, Medhas, quien hizo un gesto aprobatorio.
Una vez sentados, los bondadosos
ojos del sabio observaron inquisitivamente; y el Rey habló por ambos, diciendo:
“Amado maestro, sólo deseo saber una cosa: este problema obsesiona mi mente,
pero mi intelecto no puede resolverlo: aún estoy obsesionado sobre mi reino y todos
los asuntos del gobierno. Se que es tonto, pero aun así no puedo dejar de
comportarme como una persona ignorante. ¿Por qué es esto, oh tú, el mejor de
los Munis (santos)? Y aquí también está este hombre, expulsado por su propia
familia como alguien sin ningún valor, y sin embargo él aún siente gran afecto
hacia ellos.
Así, ambos somos infelices: nuestras mentes son
siempre atraídas por pensamientos egoístas hacia estos asuntos, incluso cuando
sabemos que es una tontería. ¿Cómo podemos ser tan ilusos y a la vez ser
conscientes de ello? ¿Cómo puede faltarnos tanto de discernimiento que nos
entregamos a este estado de desesperación?”
El Rishi respondió: “La comprensión
de todas las criaturas es relativa a su campo de percepción. Algunos son ciegos
durante el día y algunos durante la noche. Todos son limitados. La humanidad no
es ciertamente más consciente que los venados, los pájaros u otros. Todas las
criaturas son seres compasivos. Oh Rey, mientras usted se sienta en
lamentación, ¿no puede ver a las aves ocupadas alimentando a sus crías, a pesar
de que ellas mismas tienen hambre? Al igual que ustedes, ellas están obligadas
a su descendencia, esperando lealtad a cambio.
Esta ilusión es el poder de
Mahamaya, que une a to-das las criaturas a lo largo de sus vidas. Esta ilusión
les hace creer que su existencia es permanente. Este poder es la Gran Diosa, la
Devi que realmente sostiene a todos los seres, tanto a los que se mueven y a
los que no lo hacen. Incluso Ella misma ocasiona el sueño contem-plativo del Señor
Vishnu al final de la era dorada. Ella, la adorable Diosa, es realmente llamada
Mahamaya: la Gran Ilusión. Por Ella este entero Universo es creado. Cuando Ella
es complacida, bendice a la humanidad y la lleva a su emancipación final.
Ella es el conocimiento supremo, es
la causa eterna de la liberación definitiva, así como la causa de la
dependencia de esta existencia mundana. ¿Por qué entonces debería usted
sorprenderse de que Ella pueda lanzar a todas las criaturas en la Ilusión? Ella
es la suprema sabiduría. Ella es la soberana de todos los dioses.”
El Rey dijo: “Respetado Señor,
¿quién es esa Devi que usted llama Mahamaya? ¿Cómo llegó a existir? ¿Cómo fue
que nació? ¿Cuál es su naturaleza? Aquella que es más poderosa que los dioses,
¿qué forma toma? Oh, gran sabio, ¡dígamelo todo! Deseo saber todo acerca de Sus
orígenes.”
El Rishi respondió:
“Todo este universo es Su encarnación. Por
Ella se extendió y Ella lo permea todo. Ella es eterna. Escuche, le diré de las
muchas veces que Ella se manifiesta para cumplir el deseo de los dioses. En
estos tiempos parece venir a este mundo, aunque en realidad es eterna. Al final
de la Edad de Oro, cuando el adorable y espléndido Señor Vishnu se reclina en
su amada Serpiente, Shesha, la Diosa en realidad se convierte en su sueño
divino. Y, por lo tanto, ella se llama Yoga Nidra.
Mientras el Señor Vishnu dormía,
dos terribles asuras (demonios), los infames Madhu y Kaitabha, vinieron a
esconderse en sus oídos y se alistaban para matar al Señor Brahma. El Señor
Brahma, el padre de todos, estaba sentado en el loto del ombligo del durmiente
Shri Vishnu. Mientras observaba a aquellos dos feroces asuras, él oró a Yoga
Nidra, Aquella que está en lo más elevado del corazón de Vishnu. Él deseó que
ella despertara a Hari y que abriera sus ojos.
El Glorioso Señor Brahma la adoró
como la creadora, la sustentadora y la destructora; como Aquella que rige todo,
como la causa del sueño y la incom-parable, la adorada consorte de Vishnu.
Así habló el Señor Brahma:
“Oh
Tú quien eres las invocaciones svaha, svadha y vashatkara.
Tú
eres realmente la encarnación del mismo sacrificio.
Tú
eres el imperecedero néctar divino que sostiene a los dioses.
Tú
forma es eternamente tres medidas y la mitad de una medida, continua, ininterrumpida
e inmutable.
Tú
eres el antiguo himno Savitri y la suprema Madre de los devas.
Por
Ti este mundo es sostenido, por Ti es protegido. Y por Ti es lanzado a la
destrucción, y al final es consumido por Ti.
Tú
creas todo lo que existe y resides en todo lo existente.
Tú
proteges a todo lo que has traído a la existencia.
Toda
la creación es Tuya, es Tu voluntad.
Tú
eres el conocimiento supremo y también la gran ilusión.
Tú
eres también la más alta contemplación y el recuerdo completo.
Tú
eres el terror espantoso y la bendición suprema.
Tú
eres la gran Devi, así como la gran Asuri.
Oh
Tú, quien eres la fuerza primordial, creadora de todo, y que te manifiestas
como los tres gunas.
Tú
eres la oscura noche del periodo de disolución, Tú eres la gran noche de
disolución final y eres la terrible noche de Ilusión.
Tú
eres la diosa de la auspiciosidad.
Tú
eres la gobernadora.
Tú
eres gozo y regocijo.
Tú
eres la inteligencia y la conciencia más elevada.
Tú
eres timidez, prosperidad, satisfacción, tranquilidad y perdón.
Tú
empuñas la espada, el garrote, el disco, la concha, el arco, flechas y el mazo
de hierro.
Tú
eres la conquistadora sumamente hermosa y aterradora.
Tú
eres apacible y de naturaleza como la luna, así como la aniquiladora precisa.
Terrible
y hermosa, fresca y húmeda, más allá de lo más alto y de lo más bajo.
Tú
eres de verdad la suprema Ishvari.
Oh
Devi, ¿cómo puedo adorarte? Donde quiera que una cosa existe una parte inseparable
de Tu alma es aquello que le danpoder. Y ese poder eres Tú misma.
Oh
Devi, ¿cómo puedo adorarte? Por Ti, verdaderamente, aún el mismo creador y
protector de los mundos; incluso aquel que es soberano sobre todas las cosas
que se mueven; aún el de la más alta nobleza, por Tu gracia, a sido puesto a
dormir.
Incluso
las mismas formas que Shiva, Vishnu y yo asumamos, incluso éstas son Tu
creación. ¿Quién entonces puede adorarte a Ti, que eres el poder de todos
nosotros?
Todos
te rogamos ahora, ¡oh Devi!, usa Tus inmensos poderes: cautiva a estos dos
inexpugnables asuras, Madhu y Kaitabha”.
A continuación, el Rishi dijo:
“Es así como la Diosa Oscura fue
elogiada e invocada por el Señor Brahma, para que despertara al Señor Vishnu, y
éste a su vez pudiera matar a Madhu y Kaitabha. Luego, ante los ojos del Señor
Brahma, de nacimiento inescrutable la Devi se retiró de los ojos, la nariz y
las extremidades del Señor Vishnu, y salió de lo mas íntimo de su corazón y
pecho. Se levantó para erguirse
separada de Janardana, el protector del mundo, mientras yacía en su serpiente
de mar.
Entonces el Señor Vishnu despertó
para ver a aquellos dos asuras allí parados. Observó entonces como audazmente
los dos malvados y codiciosos Asuras, que tenían sus ojos rojos de ira, se
preparaban descaradamente para atacar y matar al Señor Brahma. Así, el adorable
Señor Hari se tornó belicoso, se levantó, los aferró con sus inmensos brazos y
luchó con ellos durante mil años.
A pesar de que eran muy poderosos,
con el tiempo Madhu y Kaitabha se confundieron. Engañados por Mahamaya, dijeron
al Dios de largo cabello: “Pídenos un deseo”. A lo que el Señor respondió: “Sólo
hay una decisión que tomar: ustedes morirán hoy y aquí por mis manos”. Ellos
miraron a su alrededor y observaron al mundo entero cubierto de agua, y en su
ilusión pidieron al Dios de ojos como lotos que los matara en un lugar no
cubierto por agua. “Que así sea”, dijo el Señor que sostiene la concha, el
disco y el mazo. Entonces los sujetó en su cadera y les corto la cabeza con su
disco.
Esto es lo que ocurrió cuando Ella,
quien es la causa misma de la creación de todo, se levantó cuando fue adorada e
invocada por el Señor Brahma. Escuchen, pues les contaré más de sus logros”.
ef
Capítulo Segundo
El Rishi dijo:
Hace mucho
tiempo, cuando Mahishasura era el Señor de los asuras e Indra el Señor de los
devas, ellos se enfrentaron en una guerra de cien años hasta que los asuras
ganaron. Así, Mahishasura tomo el lugar de Indra como el Señor de los Cielos.
Los Devas, derrotados,
se dirigieron liderados por Brahma a Shiva y a Vishnu. Había treinta dioses inclu-yendo
a Surya, Indra, Agni, Anila, Vayu, Chandramas, Varuna y Yama. Todos ellos
describieron en detalle cómo el malvado Mahishasura los había expulsado del
Cielo y había tomado su lugar, forzándolos a vagar por la tierra como mortales.
Los inmortales pidieron a los Señores Shiva y Vishnu su protección frente al
cruel comportamiento de sus enemigos.
Al escuchar la
historia de los devas, Vishnu y Shiva se enfurecieron y fuertes ceños doblaron
sus cejas. Y entonces tal ira irrumpió desde Brahma, Shiva y todos los otros
señores y devas, incluidos Vishnu e Indra, como una gran luz; y de cada uno de
ellos emanaba una poderosa luz. Entonces esta gran energía que venía de los
dioses reunidos se fusionó y se convirtió en una luz extremadamente brillante.
Como la cima de una montaña en llamas, esta luz se extendió por el cielo
iluminando las diez direcciones. Entonces esta luz combinada de los devas se
manifestó en la forma de una mujer, cuyo esplendor colmó los tres mundos.
La luz del
inconquistable Señor Shiva se volvió su cara; de la luz de Yama vino su cabello;
de la luz de Vishnu sus brazos; de la luz de Soma sus pechos; su cintura de la
luz de Indra, de la luz de Varuna sus piernas; y de la tierra sus caderas y
asentaderas. De la luz de Brahma vinieron su pies, y por el Sol fueron hechos
sus dedos de los pies. La luz de Vashu se convirtió en sus dedos de las manos y
de la luz de Kubera vino su nariz. La luz de Prajapati se convirtió en sus
dientes y sus tres ojos vinieron de la luz de Narayana. Su vientre vino de la
luz de Agni y las dos Sandhyas le dieron sus cejas. Sus orejas vinieron de la
luz de Vayu. Fue así como de estas luces de tantos devas la auspiciosa Devi se
hizo visible. Entonces, a
medida que la observaban, aquellos dioses que habían estado tan agobiados se
llenaron de repente de gozo.
De su tridente
Pinaka, el Señor Shiva obtuvo otro tridente que le ofrendó. El Señor Krishna le dio un disco que también obtuvo de su propio
disco. Varuna le ofrendó una concha y Agni le ofreció una lanza. Indra le dio
un rayo extraído de su propio rayo. Los Marutas le ofrecieron su arco y
flechas, mientras que Indra extrajo su campana de la misma de su elefante. De
su bastón, el Señor Yama le ofreció uno. El
Señor de los Océanos le dio un dogal (soga). Su collar y recipiente para agua
vinieron del Señor Brahma. Los rayos de Surya iluminaron los poros de su piel.
Kala, el Señor del Tiempo, le ofreció un escudo y una brillante espada.
El Océano de
Leche le ofreció un collar de las más puras perlas; dos túnicas eternas; una
gloriosa corona con joyas y pendientes; brazaletes para sus brazos y
antebrazos; tobilleras puras y un collar fabuloso. Anillos de piedras preciosas
adornaron sus dedos, y una luna creciente adornó su cabello. Vishvakarma le dio
misiles, un hacha y una armadura impenetrable. Del Océano vinieron guirnaldas
de flores de loto que nunca se marchitan para adornar su cabeza y pecho, así
como un loto para sostener en su mano.
La montaña
Himavan la adornó con joyas y le dio un león para cabalgar. Kubera, el Señor de
la Riqueza, le procuró un cáliz lleno de ambrosía. Su collar de ser-piente y
piedras preciosas fue ofrecido por Shesha, el Señor de las Serpientes, quien equilibra los tres mundos. Los
otros dioses también la adornaron y la proveyeron con mas armamento.
Entonces la Devi
se echó a reír una y otra vez: tan largos y altos fueron los repiques de Su
risa aterradora, tan fuertes y tan desenfrenados, que hicieron que la tierra,
el cielo y todas la aguas temblaran, y cada parte del mundo y sus océanos se
estremecieron con agitación ante el rugiente sonido. Los dioses se llenaron de regocijo
y gritaron: “!Victoria a Ella, quien es la jinete de leones!”. Todos los sabios
también la elogiaron, inclinándose en devoción.
Alarmados por tal conmoción en los
tres mundos, todos los malvados asuras salieron corriendo, blandiendo sus
armas.
“!Ah!, ¿qué es esto?” gritó el
enfurecido Mahishasura. Luego, mientras los asuras se abalanzaron hacia ese
terrible reto de la Devi, Mahishasura la vio allí de pie, su esplendor
penetrando los tres mundos, sus pasos haciendo curvar la Tierra, su corona
dejando su grabado en los cielos. El sonido agudo de la cuerda de su arco agitó
todos los rincones del Infierno, y sus mil brazos llenaron los cuatro cuartos
del universo. Ella es omnipresente. De esta forma la Devi comenzó su batalla
con aquellos enemigos de los dioses. Espadas y puñales se enfrentaron y volaron
rápidamente: muchos misiles fueron disparados y el cielo entero fue una
llamarada.
Había cuatro grandes divisiones de
los ejércitos de Mahishasura, que fueron dirigidas por los generales Chikshura
y Chamera con sus innumerables carruajes. Udagra trajo sus sesenta mil
carruajes, Mahahanu tenía diez millones de ellos, y Asiloma trajo quince
millones a la batalla. Baskala tenía seis millones, Ugra-Darshana y Parivarita
llegaron con miles de elefantes y caballos, además de diez millones de
carruajes para luchar. Bidala también luchó rodeado de decenas de millones de
carruajes, y muchos, muchos asuras más, vinieron con elefantes y corceles de
fuego para pelear con la Devi en esa batalla.
Luego Mahishasura, rodeado de miles
de decenas de millones de caballos, carruajes y elefantes, con jabalinas y
cuchillos, y con palos, mazas y lanzas, comenzó a luchar con la Devi. Ellos le
arrojaron sogas y mazos. Algunos la atacaron con espadas, pero Ella fácilmente
atrapó sus flechas y proyectiles con su soga. Extendiendo sus múltiples brazos,
ella se divertía jugando. Con la espada y el disco rompió sus armas sin
esfuerzo, mientras que los bañaba con flechas.
Todos los dioses y sabios vieron y
cantaron sus alabanzas, mientras que las armas de la Devi traspasaron los
cuerpos de los asuras, volviéndolos locos de dolor. Lugo la Devi montó su
furioso león, quien sacudió su melena mientras acechaba entre los ejércitos de
los asuras, los cuales cayeron como árboles en un incendio forestal. Ambika,
maravillada, liberó suspiros de satisfacción en la batalla. Cada aliento creaba
cientos y miles de ganas (ángeles) que se levantaban para unirse a Ella en el
combate, causando destrucción al enemigo con sus hachas, alabardas y tridentes.
Sus ganas fueron llenados de energía por el poder de la Devi: unos soplaron
conchas, mientras que otros tocaban mridangams (instrumentos) y tambores. El
combate se convirtió entonces en un enorme festival guerrero.
La Devi mató a cientos de asuras
con una lluvias de lanzas, al igual que con su mazo, tridente y espada. Cientos
más fueron arrojados al suelo, aturdidos por el sonido de su campana. Algunos
fueron atrapados por su soga y arrastrados hasta el suelo. Algunos fueron
divididos en dos por su espada. Algunos yacieron en el suelo aplastados por su
mazo, y su mazo martilló a otros tan severamente que vomitaron sangre. Otros
más cayeron al suelo perforados en el pecho por su tridente. Sus flechas
cayeron como torrentes en aquellos ene-migos de los devas. En esas densas masas
ellos fueron rápidamente sacrificados y cortados en pedazos. Los brazos de unos
fueron cortados, sus cuellos quebrados; algunos fueron desgarrados por la
mitad, y cabezas rodaron por el suelo. Algunos grandes asuras cayeron mientras
que sus piernas fueron cortadas. Otros fueron cortados limpiamente por la mitad
con su espada.
Algunos se cayeron y levantaron
otra vez, troncos sin cabeza que siguieron luchando, espada en mano, bailando
al ritmo de los tambores y trompetas. Luego, algunos asuras le gritaron a la
Devi: “¡Alto! ¡Basta!”.
Pronto la tierra estaba cubierta de
una espesa capa compuesta de una maraña infranqueable: una masa de elefantes,
caballos, asuras y carruajes dañados, entre los cuales corrían ríos de sangre.
Ambika destruyó todo el ejército como el fuego destruye la madera y la paja. Su
león rugió mientras acechaba entre ellos, moviendo la melena y buscando a los
pocos que aún respiraban. Y los devas, contemplando el triunfo de la Devi, la
bañaron con flores en su gratitud.
Capítulo Tercero
Al ver a la Madre Ambika matar a
todo el ejército, el general asura Chikshura avanzó enfurecido. Hizo caer
flechas sobre ella como nubes de lluvia sobre el Monte Meru. Ella detuvo con
facilidad las masas de flechas con sus propias flechas, mató a sus caballos y
jinetes, rompió el arco y el alto estandarte del general y atravesó sus
miembros, aún cuando ellos sostenían su arco destrozado. Él cogió su espada y
escudo y se abalanzó sobre ella, golpeando al león en la cabeza y cortándole a
ella el brazo izquierdo.
¡Oh Rey! Esa espada se desintegró
cuando le toco el brazo. Así que él cogió su pica y con los ojos enrojecidos de
ira se la arrojó. Bhadrakali, la gran Devi, al ver esa pica acercársele como un
cometa en llamas, lanzó la suya y destrozó la de él en fragmentos, junto con el
demonio.
Cuando este poderoso general fue
asesinado, otro general, Chamara, se abalanzó hacia Ella sobre su ele-fante.
Arrojó su lanza sobre Ambika, quien dio un grito y golpeó la lanza haciéndola
inefectiva. Al ver su lanza rota, Chamara airadamente le arrojó una pica. Ella
la quebró con flechas. Entonces su león saltó sobre la frente del elefante y
atacó a ese demonio Chamara. Ambos lucharon ferozmente, cayendo del elefante.
Luego el león dio un salto hacia el cielo y descendió cor-tando la cabeza de
Chamara con un impacto de su garra.
Udgara fue asesinado por la Devi en
batalla por medio de piedras, árboles y otros proyectiles; y la Devi mató a
Karala con sus dientes, puños y palmas. Luego, la enfurecida Diosa convirtió en
polvo a Uddhata por medio de golpes con su mazo; asesinó a Vaskala con un dardo
y a Andhaka con flechas. La Diosa suprema de tres ojos mató a Ugrasya,
Ugravirya y Mahahanu con su tridente. Con su espada, separó limpiamente del
cuerpo la cabeza de Vidala, y con sus flechas envió a Durdhara y a Durmukha a
la morada de Yama (el Señor de la muerte).
Ahora bien, mientras el ejército
del asura Mahisha estaba siendo destruido por completo, éste asumió su forma de
búfalo y atacó a las tropas de la terrible Devi. Atacó a algunos con su hocico y
por medio de golpes, y aplastó a otros con sus pezuñas. Algunos fueron azotados
con su cola y otros fueron cortados por sus cuernos. A algunos los puso bajo la
faz de la tierra debido a la carrera impulsiva de su ataque. Otros fueron
destrozados por su aliento, su bramido o su carrera enloquecida. Después de
haber debilitado al ejército de la Devi, Mahishasura se apresuró a atacar a su
león. Esto enfureció a Ambika.
Mahishasura fue audaz: golpeó la
superficie de la tierra con sus pezuñas, y en su furia arrojó a lo alto las montañas
con sus cuernos y bramó. La Tierra se derrumbó en pedazos por su impetuoso
andar. El mar, azotado por su cola, se desbordó en todas las direccio-nes; las
nubes fueron rasgadas en pedazos por el balanceo de sus cuernos, y cientos de
montañas cayeron del cielo arrojadas por la explosión de su aliento. Al ver al
gran Asura llenarse de rabia mientras corría hacia Ella, Chandika dio rienda
suelta a su furia con el fin de matarlo. Le lanzó su soga y lo ató rápidamente.
Pero luego, mientras él estaba atrapado, de repente dejó de ser un búfalo y se
convirtió en un león.
Mientras Ambika decapitaba a ese
león, Mahishasura surgió como un hombre con una espada. Rápidamente las flechas
de la Diosa atravesaron al hombre, su espada y su escudo. Luego él se transformó
en un enorme elefante, que rugió al mismo tiempo que atrapó al león de la Devi
con su trompa; pero mientras lo halaba, ella cortó esa trompa con su espada.
Una vez más, el demonio tomó la forma de búfalo, sacudiéndolo todo en los tres
mundos.
La Madre Chandika se puso realmente
enojada. Sus ojos se enrojecieron y se echó a reír mientras tomaba una y otra
vez una bebida divina. El demonio se había agrandado por su frenesí y fuerza, y
con sus cuernos arrojó montañas contra Chandika mientras rugía. Con una lluvia
de flechas ella destrozó las montañas hasta convertirlas en átomos; su cara
enrojeció mientras bebía, diciendo de forma concisa: “Ruge, ruge, oh tonto, por
un breve instante mientras yo termino esta bebida. Pronto los dioses rugirán en
este sitio cuando seas asesinado por mí!”
El Rishi dijo:
Mientras hablaba, la Diosa se
levantó de un salto y aterrizó sobre el asura, y sujetándolo por el cuello con
el pie lo atravesó. Atrapado por su pie, la forma real de Mahishasura comenzó a
emerger de la boca del búfalo. Luego, Chandika le cortó la cabeza con su gran
espada. Entonces todo su ejército demoníaco, gimiendo de miedo, fue destruido
mientras que los dioses se levantaron con un clamoroso júbilo.
Los dioses y rishis elogiaron a la
Devi, mientras que los jefes gandharvas cantaron, y las apsaras bailaron de
alegría.
ef
Capítulo Cuarto
Dijo el Rishi:
Cuando ese feroz y malvado ejército
había sido destruido por la Diosa, los cuerpos de Indra y del ejército de los
devas brillaron al inclinarse ante la Devi con profunda reverencia, y sus
cabellos se erizaron con emoción mientras la adoraban:
“Nos
inclinamos ante la Diosa Ambika, cuyo cuerpo expresa el poder colectivo de los
ejércitos de los dioses.
Ante
Aquella quien, por su poder, hizo evolucionar al mundo entero. Que Ella quien
es omnipresente, pueda bendecirnos con su auspiciosidad.
Ella
es Chandika, cuya incomparable majestuosidad y fuerza no puede ser ni siquiera
descrita por los adorables Señores Brahma, Shiva y Vishnu.
Pueda
Ella proteger todo el cosmos, y al mismo tiempo pueda Su mente destruir el
dolor y el miedo.
Oh
Devi, nos inclinamos ante Ti, Tú quien moras en las casas de las personas
virtuosas en la forma de Shri, la Diosa de la prosperidad.
En
las casas de los malvados Tú eres la Diosa Alakshmi, causante de miseria.
Tú
eres inteligencia en los corazones de los sabios, fe en los corazones de los
justos y modestia en las almas nobles.
Oh
Diosa, ¡por favor protege al universo!
Oh
Devi, Tu forma trasciende la mente. ¿Cómo podemos describirte? ¿Cómo podemos
hablar de Tu gran poder para la des-trucción de los demonios? ¿Cómo podemos
hablar de Tu habilidad en las batallas, cuando agobiaste a los enemigos de los
dioses?
Tú
eres la causa de todos los mundos, y los tres gunas tienen su origen en ti,
pero Tú no tienes ninguno de sus defectos. Incluso Shiva, Vishnu y los demás no
te pueden entender.
Todos
los seres vienen hacia Ti en busca de refugio.
Este
mundo entero está formado por una porción infinitesimal de Ti misma.
Verdaderamente,
Tú eres la naturaleza sublime primordial que nunca cambia.
Oh
Devi, Tu completa divinidad se expresa como “Svaha”, dando satisfacción a todos
los dioses en los fuegos de sacrificio.
Tú
eres también el “Svadha” que satisface a los seres ancestrales. Por
consiguiente, las personas te adoran como Svaha y Svadha durante las
ceremonias.
Tú
eres quien otorga la liberación final por pasar penitencias grandes e
inconcebibles.
Tú
eres el poder que permite a los profetas que desean alcanzar el moksha, dominar
sus sentidos y limpiarse a sí mismos de impurezas.
Tú
eres el alma del sonido.
Tú
eres el envase que contiene los himnos sagrados, Rik, Yajur y Saman, cuyos
cantos son adornados por el OM.
Tú
eres Bhagavati, la adorable, encarnando los Vedas.
Tú
eres el sustento de todas las cosas vivientes.
Tú
eres la destructora suprema del sufrimiento de todos los mundos.
Tú
eres la sabiduría mediante la cual se debe entender la esencia de las
escrituras.
Tú
eres Durga, la barca que transporta a la humanidad a través del océano de la
ilusión mundana.
Tú
no tienes deseos.
Tú
eres Shri, quien reside en el corazón de Vishnu, la enemiga del demonio Kaithaba.
Tú
eres Gauri, la dadora de luz y verdad, quien ha fijado su morada en Shiva, el
que porta la luna en su frente.
Tú
rostro adorable sonríe de forma dulce y pura, como la luz de la luna llena, y
eres hermosa como el esplendor del oro más fino.
Es
totalmente asombroso que, después de observar Tu belleza, Mahishasura haya
golpeado Tu rostro, lleno de ira.
Y
tan extraño, O Devi, que Mahishasura no hubiera muerto instantáneamente cuando
vio Tu rostro colmado de ira, con el
ceño fruncido y tan rojo como la luna al salir en el anochecer. ¿Pues
quién podría sobrevivir la mirada de la enfurecida Destructora?
¡Oh
Devi, has con nosotros Tu voluntad! Tú eres la Madre Suprema de todo lo
viviente.
Cuando
entras en cólera, destruyes instantáneamente las familias de los asura para el
bienestar del mundo: lo vimos cuando el gran ejercito de Mahishasura fue
destruido.
Tú
siempre das auspiciosidad a aquellos que te complacen, quienes son luego
admirados por otros y se vuelven prósperos y famosos; sus buenos actos nunca cesan,
y sus hogares son grandes, llenos de satisfacción y amor.
Por
Tu gracia, Oh Devi, diariamente los bendecidos hacen buenas acciones con gran
devoción, alcanzando el cielo.
¡Oh
Diosa! Definitivamente Tú eres la dadora de los frutos de la acción en los tres
mundos. ¡Oh Durga! Cuando se Te recuerda
en tiempos difíciles, Tú remueves el terror de todos los seres.
Cuando
Tú eres recordada por aquellos consientes de sí mismos, concedes una profunda
iluminación.
¿Quién,
además de Ti, puede disipar la pobreza, el dolor y el miedo? ¿Quién, además de
Ti, tiene siempre un corazón amable hacia todo el mundo?
Tú
destruyes lo que está mal para traer felicidad al mundo.
Oh
Devi, incluso a pesar de que los asuras puedan estar en el infierno por siglos
a causa de su maldad, Tú te ocupas de su bienestar al matarlos en batalla para
que puedan alcanzar el cielo.
Tú
eliminas los enemigos de los Dioses a través de las armas, en lugar de hacerlos
cenizas con Tú mirada.
Por
el toque de Tus armas, incluso el más malvado puede ser purificado y ascendido;
tal es la bondad que muestras hacia ellos.
Solo
por ver Tu rostro, el cual emite la luz refrescante de la luna, los ojos de los
asuras se protegen del rayo perforador de Tu espada y Tu lanza.
Oh
Diosa, Tu temperamento avasalla la conducta de los malvados.
Esta
bella naturaleza Tuya es incomparable, y está más allá de lo imaginable.
Tu
poder supremo destruye a aquellos que desafían el valor de los dioses, y sin
embargo has mostrado gran compasión incluso a esos enemigos.
Tú
valentía no tiene comparación. ¿Dónde más se podría encontrar una belleza tal
que infunda el terror en los enemigos?
De
todos los tres mundos, solo en Ti se encuentra tal corazón tan compasivo, y
poder de batalla tan invencible.
¡Oh
Devi, dadora de bendiciones! Tú has salvado los tres mundos al destruir a los
enemigos, y eliminándolos en batalla los has llevado al cielo. Tú has
desvanecido nuestro miedo por los demonios frenéticos. Nos inclinamos en
reverencia ante Ti.
Oh
Gran Devi, ¡protégenos con tu lanza!
Oh
Ambika, ¡protégenos con tu espada, con el sonido de tu campana, con el vibrar
de tu arco!
Oh
Chandika, ¡protégenos con tu lanza en todas las cuatro direcciones!
Oh
Ishvari, protégenos a nosotros y a esta tierra con tus formas tan gentiles, al
igual que con esas formas extremadamente terroríficas, con las cuales te mueves
en los tres mundos.
Oh
Ambika, protégenos en cada lugar con Tu espada, lanza, mazo y cualquier arma
que puedan sostener Tus tiernas manos”.
El Rishi dijo:
Esta alabanza fue ofrecida a Aquella
que es el soporte de los tres mundos, mientras que los dioses La adoraban con
ofrendas de flores celestiales de Nandana, con perfumes y ungüentos preciosos,
y ofrecían incienso celestial con profunda devoción. Sonriendo dulcemente, la
Devi habló a los dioses postrados en devoción: “Sus himnos de adoración son tan
hermosos: cualquier cosa que deseen, estaré complacida en hacerlo”.
Los dioses dijeron: “!Oh Gran
Diosa! Desde que eliminaste a nuestro enemigo Mahishasura, nada falta por
hacerse. Pero todavía oramos que, cuando pense-mos en Ti, Tú remuevas nuestras
dificultades en ese instante. Oh Madre del semblante
más puro, que puedas bendecir con prosperidad a cualquier ser humano que te
adore con estos himnos, Oh Ambika, así como nos has bendecido a nosotros”.
El Rishi dijo:
Oh Rey, después de que los dioses
le pidieron a la Devi por el bien del mundo y de ellos mismos, Bhadrakali
respondió: “Que así sea”, y desapareció.
Así que ahora, Oh Rey, te he
hablado acerca de la Devi quien desea prosperidad para los tres mundos. De cómo
Ella se manifiesta a partir del cuerpo de los dioses, desde hace mucho tiempo
atrás. Escucha de nuevo: te contaré como Ella vino como Gauri para destruir a
los malvados demonios, Shumbha y Nishumba,
para la protección de los tres mundos. Te contaré exactamente que
ocurrió.
ef
Capítulo Quinto
El Rishi dijo:
Érase una vez dos asuras, Shumbha y
Nishumba, que habían tomado el liderazgo de los tres mundos, apropiándose de
ofrendas destinadas a Indra y otorgán-dose a sí mismos los roles de Surya,
Chandramas, Kubera, Yama, Vayu, Varuna y Agni. Expulsados de su legítimo lugar
y autoridad, todos los devas recordaron a la invencible Diosa y su promesa: “Cuando
en angustia me recuerden eliminaré todas esas calamidades en un instante”.
Es así como los dioses fueron donde
el Señor de las montañas Himavat, y recitaron himnos de adoración a Shri
Vishnumaya, quien es el poder de la ilusión de Shri Vishnu. Los devas dijeron: “Salutaciones a la Devi, la
Mahadevi. Salutaciones a Aquella que es eternamente auspiciosa, a Aquella que
es la Causa Primordial, Ella quien es el poder que sostiene. Nos rendimos
totalmente a Ella.
Nos inclinamos y nos rendimos a
Raudra, quien es feroz, y quien como Gauri sostiene el universo. Nos rendimos a
Aquella quien es tan tierna como la luz de la luna y quien otorga felicidad, La
reverenciamos en cada momento. Nos inclinamos ante Kalyani, quien nos permite
perfeccionarnos. Nos inclinamos
ante Lakshmi, quien nos da prosperidad. Nos inclinamos ante Sharvarni, quien es
el árbitro de los reyes.
Reverenciamos a Durga, nos rendimos
ante Aquella quien es inaccesible y quien nos permite atravesar el océano de
ilusión. Nos inclinamos ante Ella quien es el fundamento del mundo, quien es la
conciencia y el discernimiento, ante Aquella cuyo color de piel es azul obscuro
como el humo.
Nos rendimos y nos inclinamos una y
otra vez ante la Diosa, quien es la más dulce y la más terrible, ante Ella
quien destruye a los enemigos de la verdad para conservar el orden del mundo. Salutaciones a la Diosa que es proclamada como el
poder de ilusión del Señor Vishnu, la cual existe en todos los seres, nos
inclinamos una y otra vez. Salutaciones a la
Devi que reside en todos los seres en forma de conciencia. Nos inclinamos y nos
rendimos ante Ella.
Nos inclinamos y nos rendimos ante
Aquella quien reside en todos los seres como inteligencia. Ante Ella quien reside en todos los seres como el
sueño. Ante Ella quien reside en todos los
seres como el hambre. Ante Ella quien
es el reflejo y la sombra en todos los seres.
Nos inclinamos ante Aquella quien
reside en todos los seres como la fuerza, la energía, y el poder. Nos
inclinamos ante Aquella quien reside en todos los seres como el deseo y la sed.
Nos inclinamos ante Aquella quien es el perdón y la paciencia en todos los
seres. Nos inclinamos ante Aquella quien es el gen
particular, la clase o la especie de todos los seres. Nos inclinamos ante la
Devi, quien reside en todos los seres como la modestia.
Nos inclinamos ante la Devi quien
reside en todos los seres como la paz y la tranquilidad. Ante Ella quien reside en todos los seres como la
fe, nos inclinamos. Ante la Devi
quien reside en todos los seres como el brillo y el amor, nos inclinamos. Nos inclinamos ante la Devi quien reside en todos
los seres como la buena fortuna.
Nos inclinamos ante la Devi quien
reside en todos los seres como actividad. Ante Aquella quien reside en todos
los seres como la memoria, nos inclinamos. Ante la Devi quien reside en todos los seres como amabilidad,
misericordia y compasión, nos inclinamos. Nos incli-namos ante Ella quien reside en todos los seres como
satisfacción y regocijo.
Nos inclinamos ante la Devi quien
reside en todos los seres como la Madre. Nos inclinamos ante la Devi quien
reside en todos los seres como engaño y error. Ante la Devi omnipresente, quien protege los órganos de los sentidos
en todos los seres y controla continua-mente todas las criaturas, nos rendimos
inclinándonos una y otra vez.
Toda reverencia a Ella. Ella quien,
por sí misma, llena el mundo entero en forma de conciencia. Nos postramos una y
otra vez. Como en tiempos antiguos, cuando era invocada por los dioses para
cumplir sus deseos, pueda Aquella quien es adorada cada día por el Señor de los
Dioses, aquella Ishvari quien es la fuente de la auspiciosidad, otorgarnos la
liberación.
Nosotros los devas, quienes ahora
estamos atormen-tados por los asuras, nos inclinamos ante Aquella quien
destruye todas las calamidades instantáneamente, y ante Ella nos rendimos
instantáneamente en devoción”.
El Rishi dijo:
O Rey, mientras los dioses se
encontraban alabán-dola y adorándola, Parvati vino a bañarse en las aguas del
río Ganges. La Diosa con bellas cejas en forma de arco, preguntó: “¿A quién se
está cantando este himno?”
Y entonces una auspiciosa Diosa
broto desde la mina de su cuerpo y contestó: “Este himno es dirigido a mí por
la asamblea de dioses que han sido derrotados en guerra y desterrados por
Shumbha y Nishumba”. Debido a que Ambika se manifestó desde los poros del
cuerpo de Parvati, Ella es glorificada como Kausiki en los tres mundos. Luego Parvati también se torno de color negro,
llegando a ser conocida como Kalika, y tomó su morada en los Himalayas.
Entonces Chanda y Munda, dos
sirvientes de Shumbha y Nishumbha, vieron por casualidad que Ambika (Kausiki)
lucía extremadamente hermosa. Ellos le comunicaron a Shumbha: “Oh gran Rey, hay
una mujer extremadamente hermosa cuya majestuosa belleza ilumina los Himalayas.
Nadie ha visto tan sublime belleza en ningún lugar. Averigua quien es esa Diosa
y toma posesión de Ella, Oh Señor de los asuras. Ella es una gema entre las
mujeres, con miembros exquisita-mente hermosos, los cuales iluminan las cuatro
direcciones con su brillo. Ella permanece allí. Oh Rey de los demonios, usted
merece verla.
¡Señor! Las piedra preciosa, joyas,
elefantes, caballos, entre otros que hay en los tres mundos, todos ahora
decoran su casa. Oh Rey, usted a obtenido el precioso elefante Airavat, también
el fabuloso árbol Parijata, así como el maravilloso caballo Ucchaishrava, el
cual era de Indra. Acá en su patio permanece la maravillosa carroza tirada por
cisnes, tomada de Brahma el Progenitor. Aquí yace el tesoro Mahapadma de Kubera
y la guirnalda de imperecederos lotos Kinjakini, un regalo del océano. El
paraguas de Varuna, en el cual llueve oro, ahora permanece en su casa con la
magnífica carroza que pertenecía a Prajapati.
Señor, usted ha arrebatado
Utkrantida, el misil de Yama por el cual él da éxito a todas las criaturas. Su
hermano ahora posee el dogal del Rey del océano. Nishumbha también tiene todas
las gemas del océano, mientras que usted tiene las dos prendas resistentes al
fuego que le pertenecía a Agni. O Rey demonio,
ya que todas estas gemas han sido dadas a usted, ¿por qué no tomar también esta
joya entre las mujeres?”
El Rishi dijo:
Después de escuchar todo esto de
Chanda y Munda, Shumbha envío el poderoso demonio Sugriva como su mensajero a
la Devi. Él dijo: “Ve y comunícale mi invitación de una manera gentil, así Ella
será luego cariñosa conmigo”.
Yendo a la preciosa montaña donde
se encontraba la Diosa, el mensajero habló con un dulce y tranquilizador tono,
diciendo: “Oh, Devi, yo soy el mensajero de Shumbha, señor de los demonios y
soberano de los tres mundos. Él ha derrotado a todos sus enemigos entre los
asuras e incluso los dioses fueron incapaces de resistirse a él. Él me ha
enviado a su presencia. Escuche su mensaje: “ Todos los tres mundos son míos.
Incluso los dioses me obedecen, así como todas las ofrendas que algún día les
pertenecieron. Todas las mejores joyas de los tres mundos son ahora mías,
incluso el elefante de Indra, Airavata. Los Dioses, incluso con saludos, me
ofrecieron los gloriosos caballos llamados Ucchaishravas los cuales surgieron
al agitar el océano de leche.
¡Oh magnifica Señora! Todos los
otros objetos que le pertenecían a los dioses, gandharvas o nagas, todos ahora
son de mi propiedad. Nosotros la consideramos, oh Devi, como la joya entre las mujeres.
Por consiguiente, venga con nosotros, quienes somos los conocedores de las
gemas. Venga conmigo o con mi joven y poderoso hermano Nishumbha. Oh Señora,
usted, una brillante joya, al casarse conmigo obtendrá incomparable riqueza.
Piense en las ventajas y conviértase en mi esposa”.
El Rishi dijo:
Cuando esto fue dicho, la adorable
Diosa Durga, quien sostiene y protege el universo, sonrió contem-plativamente y
dijo: “Lo que usted ha dicho es verdad, sin ninguna duda. Shumbha es de hecho
soberano de los tres mundos, junto a Nishumbha. Pero, ¿cómo podemos anular mi
primer voto? Por favor escuche este voto que una vez hice en desconocimiento:
Una vez declaré que solo me casaría con quien pueda ser mi igual en fuerza,
quien pueda derrotarme en la batalla y quitarme mi orgullo. Solo aquel podrá
ser mi esposo. Entonces permita que Shumbha venga
aquí, o Nishumbha el gran asura; que me venza sin retraso, y con gentileza tome
mi mano en matrimonio”.
El mensajero dijo: “!Oh, Devi,
¡esto es arrogante! ¡No me hable de esa manera! Nombre un solo dios de los tres
mundos quien sea capaz de pararse frente Shumbha y Nishumbha! De hecho, todos
los dioses fueron incapaces de enfrentar incluso a los demás asuras en la
batalla. Entonces, ¿cómo podría usted, una sola mujer, hacer esto por su
cuenta? Si Indra y las otras deidades unidas no pudieron derrotar a Shumbha,
¿cómo usted, una mujer, osaría enfrentarlo? Será mejor que tome en
consideración mi mensaje y venga con Shumbha y Nishumbha por sí misma. De otra
manera sufrirá la humillación de ser arrastrada por el cabello”.
La Devi dijo: “Es verdad. Shumbha
es fuerte y Nishumbha es muy heroico. Pero, ¿qué puedo hacer? En mi
desconocimiento hice antes mi voto. Vaya de vuelta donde el Señor de los asuras
y dígale cortésmente lo que Yo he dicho, así él podrá hacer lo que le plazca”.
ef
Capítulo
Sexto
Dijo el Rishi:
El mensajero escuchó las palabras
de la Devi con gran rabia, y retornó a donde el Rey de los demonios y le
comunicó en detalle el mensaje de la Diosa. Entonces Shumbha enfureció y
convocó a Dhumralochana, uno de sus generales: “!Oh, Dhumralochana! Vaya con
sus tropas y tráigale acá inmediatamente, arrastrándola por los cabellos.
Cualquiera quien trate de rescatarla ha de ser asesinado, aún si es un dios o
un yaksha, o solo un gandharva”.
El Rishi dijo:
Con esta orden, Dhumralochana
inmediatamente respondió con sus sesenta mil tropas. Viendo a la Devi sentada
sobre la montaña, le grito: “!Venga de una vez a la presencia de Shumbha y
Nishumbha! Si Usted no viene de buena gana, la tomaré del cabello y la obligaré
a venir”.
La Diosa respondió: “Pero usted es
muy fuerte, rodeado por su poderoso ejército y protegido por el Señor de los
demonios. ¿Por qué me amenaza? ¿Qué daño teme? ¿Qué puedo yo hacerle?”
El Rishi dijo:
Así desafiado, el asura
Dhumralochana se abalanzó sobre Ella. Entonces Ambika lo redujo a cenizas solo
con decir “Hum”. Esto indignó a
las tropas de demo-nios, quienes liberaron lluvias de flechas, jabalinas y hachas sobre Ambika.
El león, vehículo de la Diosa, se
alzó en furia y sacudió su melena, rugiendo violentamente a la vez que caía
sobre el malvado ejército de asuras. Mató algunos salvajemente dando golpes con
su pata delantera, unos con su mandíbula y otros con sus patas traseras. A unos
los destripó con sus garras y decapitó a otros con un golpe de sus patas delanteras.
El león arrancó cabezas y armas sacudiendo su melena, a la vez que tomaba la
sangre de los otros. En un instante,
todo el ejercito fue destruido por el brioso león que transporta a la Diosa,
que estaba extremadamente furioso.
Cuando Shumbha, el Señor asura,
escuchó que Dhumralochana había sido asesinado por la Devi, y todo su ejército
exterminado por su león, enfureció. Su labio inferior temblaba mientras le
ordenaba a dos de sus poderosos asuras, Chanda y Munda: “!Oh Chanda! ¡Oh Munda!
Tomen innumerables tropas. Vayan y captúrenla. Si eso no es posible, dejen que
las tropas la golpeen con sus armas. Maten al león y tomen a Ambika. Cuando
Ella esté herida, amárrenla y tráiganla aquí de inmediato!
ef
Capítulo Séptimo
El Rishi prosiguió:
Entonces, como se había ordenado,
los asuras Chanda y Munda se marcharon a luchar junto con sus ejércitos, todos
los cuatro batallones con armas alzadas y listas. Pronto, en el pico de la
montaña dorada, vieron a la Devi con serena compostura, montada en su león.
Ella sonrío tan pronto como los vio acercarse. Al verla, algunos se le
abalanzaron para capturarla, mientras otros agitaron sus espadas o doblaron sus
arcos. Con esto Ambika enfureció y, en su rabia, su rostro se tornó oscuro como
la tinta.
Desde el ceño feroz de su frente,
la Diosa Kali emergió de repente sosteniendo una espada y un dogal; era
realmente aterradora. Tenía un extraño bastón con un cráneo en el tope, su
guirnalda estaba hecha de calaveras y sus ropas de piel de tigre. Lucía terrible con una boca inmensa y su gran
lengua colgando hacia afuera. Llenaba el cielo con sus rugidos, y sus ojos eran
hundidos y estaban intensamente enrojecidos.
Cayendo impetuosamente sobre el
ejército asura, devoró a esa gran cantidad de enemigos. Con una mano arrebato a
los elefantes con sus jinetes y guerreros, campanas y todo, arrojándolos en su
boca. De la misma forma arrojó soldados, caballos y carrozas con sus
conductores en su boca, triturándolos horriblemente con sus dientes. A uno lo
agarró por los cabellos, a otro por el cuello; otro fue asesinado con la pisada
de su pie, y otro aplastado con el peso de su cuerpo.
Los asuras le lanzaban armas, pero
Ella las atrapaba con su boca y furiosamente las aplastaba con sus dientes. De
esta manera destruyó todas las huestes de asuras de naturaleza maligna, quienes
fueron golpeados y aplastados. Muchos murieron por su espada, y algunos
golpeados con su Khatyanga (su bastón con un cráneo en el tope). Otros
conocieron su muerte aplastados por el filo de sus dientes.
Observando el ejército de demonios
totalmente destrozado en un abrir y cerrar de ojos por esa feroz y terrible
Kali, Chanda se abalanzo hacia Ella mientras Munda cubría con lluvias de
flechas y discos a la Diosa de ojos terribles. Entonces esos discos entraron a
su boca como muchos soles consumidos por las nubes. Ante esto la Diosa Kali rugió aterradoramente. En su espantosa boca,
la cual era muy difícil de mirar, sus feroces dientes destellaban. Ella se rió con
una furia tremenda. Y luego, montando su gran león, se abalanzó sobre Chanda
agarrándolo por sus cabellos a la vez que pronunciaba su aterrador “Hum”, y
cortó su cabeza con su espada.
Viendo a Chanda caído, Munda
también se abalanzó sobre Ella, quien con furia lo botó al suelo con su cimitarra. Entonces el resto del ejército huyó en pánico,
dispersándose en todas las direcciones al ver a los poderosos Chanda y Munda
destruidos.
Cargando las cabezas de los muertos
Chanda y Munda, Kali se acerco a Chandika y riendo dijo con pasión: “Acá te
traigo dos grandes bestias sacrificadas en la batalla. Ahora Tú, por Ti misma,
deberías matar a Shunbha y Nishunbha”.
El Rishi dijo:
Entonces la preciosa Chandika miró
las cabezas de los dos demonios poderosos y bromeo: “Ya que has traído a Chanda
y Munda, te volverás conocida en todos los mundos como “Chamunda”.
ef
Capítulo Octavo
El Rishi dijo:
Después de que el daitya Chanda fue
asesinado y Munda abatido, y de que muchos batallones fueron des-truidos,
entonces el rey demonio, el poderoso Shumbha, se llenó de furia y reunió y
comandó su ejército entero de demonios: “Que las ochenta
y seis compañías de tropas marchen con armas listas y que los ochenta y cuatro
Kambus marchen con la fuerza de sus elefantes. Dejen salir a los
cincuenta clanes de los asuras más valientes y que las cien familias de Dhaumras
salgan a mi disposición. Que los Kalakas, los Daurhritas, los Mauryas y los Kalakeyas
marchen a mi demanda, equipados para la batalla”.
Después de
emitir las órdenes, el feroz rey demonio Shumbha marchó con sus miles de
fuerzas.
Chandika vio el
avance de ese terrible ejército. Entonces pulsó la cuerda de su arco, y su
sonido vibró todo el espacio entre la Tierra y el Cielo. Entonces, oh
Rey, el león dio un poderoso rugido y Ambika magni-ficaba los rugidos al sonar
de su campana. Kali abrió ampliamente su terrible boca y llenó los contornos
con el sonido "Hum", abrumando los ruidos de la cuerda del arco, el
león y la campana. El ejército de demonios enojados escuchó ese tremendo sonido
desde todas las direcciones. Entonces rodearon a las diosas Chandika y Kali, y
también al león.
!Oh Rey! Entonces
las shaktis de todos los dioses, de Indra, Brahma, Isha, Vishnu y Kartikeya,
salieron en sus verdaderas formas a unirse a la Diosa Chandika en la
destrucción de los enemigos de los dioses. Y vinieron con las mismas armas y
vehículos de los dioses de los cuales ellas habían surgido.
La shakti de Brahma, llamada Brahmani, llegó en su carro
tirado por cisnes, y llevaba un rosario y una olla de agua. Maheshvari llegó
cabalgando en un buey, soste-niendo su tridente y adornada con brazaletes de
grandes serpientes y una luna creciente en su frente. Ambika-Kaumari cabalga
sobre un pavo real, llevando una lanza para matar a los demonios. Vaishnavi
cabalga en Garuda, llevando su concha, disco, mazo, arco y espada. La Shakti de
Sri Hari avanzaba en la forma de un jabalí; ella es Varahi. Del mismo modo,
Narasimhi llegó en forma de león, como Narasimha, dispersando constela-ciones
de estrellas con el movimiento de su melena. A continuación Indrani, la de los
mil ojos, vino sentada en el rey de los elefantes blandiendo el rayo como su
arma.
Entonces, el
Señor Shiva, rodeado de todas estas shaktis, pidió a Chandika que cazara a los
demonios para complacerlo: ‘Oh Chandika, deléitame matando a esos demonios ahora”.
Inmediatamente,
la energía de Chandika emergió de su cuerpo en forma de una feroz y muy
poderosa shakti, haciendo un ruido similar al de un centenar de chacales.
Esta diosa
invencible, Aparjita, dijo a Shiva el de los oscuros mechones enmarañados: “Ve, mi Señor,
como mi embajador hacia Shumbha y Nishumbha. Dile a esos dos demonios demasiado
orgullosos, y a todos los demás reunidos para la guerra, que se debe restaurar
a Indra como soberano de los tres mundos para que los dioses puedan volver a
comer la fruta de las ofrendas de sacrificio. Diles: ‘Si quiere seguir viviendo tienen que volver al infierno. Pero,
si ustedes siguen arrogantes acerca de su fuerza y todavía quieren pelear,
entonces vamos. Que mis chacales tengan un festín al saciarse de su carne’”. Debido a que nombró al
mismo Señor Shiva como su mensajero, Ella es ahora conocida como Shivaduti.
Los demonios
estaban tan furiosos cuando el Señor Shiva, Señor de la destrucción, les dijo
su mensaje, que inmediatamente marcharon al lugar en donde estaba Katyayani.
Enfurecidos, bañaron con andanadas de flechas, jabalinas y otras armas a la
Diosa. Levantando su enorme arco, cortó fácilmente los misiles de flechas,
lanzas, dardos y hachas.
Entonces Kali, marchando
en la vanguardia de la batalla, los rompió con su pica y aplastó sus cráneos
con su bastón con tope de cráneo mientras acechaba su alreddedor. Brahmani
roció agua de su Kamandalu y drenó el vigor de los enemigos. Maheshvari mató a
los daityas con su triden-e; Vaishnavi con su disco; Kaumari con su jabalina.
Aindri lanzó su rayo sobre ellos, desgarrando datillas y danavas en pedazos. Todos
cayeron a tierra en centenares, vertiendo arroyos de sangre.
La diosa con
cabeza de jabalí, Varahi, destrozó al enemigo con golpes de su hocico, hiriendo
a muchos y desgarrando sus pechos con sus colmillos. Otros asuras fueron
derribados por su disco.
Narasimhi, la diosa con cabeza de león, discurrió en la
batalla llenando el cielo con sus rugidos. Ella despedazó a los asuras con sus
garras, y los consumió. Muchos asuras, aturdido por
la feroz y fuerte risa de Shivaduti, cayeron y fueron devorados por ella. El
poder combinado de las embra-vecidas Madres fue tan terrible a la vista, que el
ejército de demonios huyó en desorden.
Entonces el gran
y furioso Raktabija, al ver la derrota de sus tropas, se dirigió a la batalla.
Cada vez que una gota de su sangre caía, otro demonio exacta-mente como él
aparecía en la tierra. Con su mazo luchó contra la Shakti de Indra, mientras
que Aindri luchó contra él con su rayo. Golpeado por el rayo, su sangre se
derramó. Inmediatamente, frescos combatientes iguales a él se levantaron a su
lado. Por cada una de las gotas de sangre que caía aparecían nuevas personas de
su fuerza y valor. Estos guerreros feroces arrojaron terribles armas a las Madres.
Una y otra vez el rayo golpeó su cabeza y la sangre que fluía dio a luz a miles
de raktabijas.
Vaishnavi golpeó
con su disco y Aindri lo golpeó con su maza. Con cada corte del disco Vaishnavi
produjo miles de grandes demonios y el mundo se llenó de ellos. Kaumari golpeó
con su lanza, Varahi con su espada, Maheshvari con su tridente. Y ese gran demonio
Raktabija, lleno de ira, golpeó a cada una de las Madres con su garrote. Sin
embargo, los arroyos de sangre que brotaron de él, donde fue alcanzado por las
lanzas, espadas y garrotes, sólo crearon incontables cientos de demonios como
él, y el mundo entero se cubrió de demonios. Todos los dioses estaban
aterrorizados.
Chandika, riendo
al ver esto, dijo: "Rápido, Kali, abre bien Tu boca y recoge la sangre y
los demonios procedentes de este gran asura. Recorre el campo de batalla y
devora a estos demonios recién hechos. Cuando su sangre se agote encontrará su
condena. A medida que te los comas rápidamente la ira se habrá ido y no nacerán
más demonios.
Entonces Chandika lo golpeó con su lanza. Kali agarró su
sangre en la boca. Él hirió a Chandika con su garrote, pero no le causó ningún
dolor. La sangre fluía de sus muchas heridas y Kali la recogió toda en su boca,
devorando también a los asuras que surgieron de esa sangre. La Diosa le golpeó con todas sus armas, dardos, rayos, flechas,
espadas y lanzas, y Chamunda bebió toda la sangre.
Y así fue, oh
Rey, que finalmente él cayó en la tierra, asolado por una multitud de armas y
sin derramamiento de sangre. Entonces los dioses se llenaron de alegría y las Madres,
llenas de sangre, bailaron con gran entusiasmo.
ef
Capítulo Noveno
Prosiguió el Rey:
La historia que
acaba de relatar, acerca de la Devi matando a Raktabija, fue maravillosa. Ahora
quiero oír hablar de Shumbha y Nishumbha, ¿cómo reaccionaron a la muerte de
Raktabija?
El Rishi dijo:
Después de
que Raktabija fue liquidado y los otros
demonios asesinados, Shumbha y Nishumbha se llenaron de ira. Después de haber
visto la muerte de sus grandes soldados, el asura Nishumbha se precipitó con su
batallón. Alrededor y tras él, el ejército de asuras llegó furioso mordiéndose
los labios a medida que avanzaban a matar a la Diosa. Y Shumbha, lleno de rabia
después de la lucha de las Madres, también avanzó rodeado de sus tropas.
La lucha
desesperada entre la Diosa y Shumbha y Nishumbha parecía dos nubes de tormenta que
llovían violentas flechas sobre Ella. Chandika cortó a través de las flechas
con su propia lluvia de flechas, e hirió a ambos miembros de los reyes demonio
con sus armas.
Nishumbha agarró
una cimitarra afilada y un brillante escudo. Golpeó la cabeza del león, la
noble bestia que transportaba a la Diosa. Cuando su corcel fue golpeado,
la Devi rápidamente dividió su espada con una flecha afilada y destruyó el
hermoso escudo que había sido decorado con ocho lunas. Con su escudo roto y su
espada rajada Nishumbha arrojó la lanza, que Ella partió a su vez con su disco
mientras se acercaba.
Luego Nishumbha,
ardiendo de ira, agarró su dardo; éste también se estrelló con su puño.
Entonces arrojó su garrote, el cual Ella redujo a cenizas con su tridente.
Entonces, mientras que el demonio avanzaba con hacha en mano, Ella lo derribó
al suelo con una multitud de flechas. Al ver a su poderoso hermano Nishumbha
derribado por la Diosa, Shumbha se indignó y se adelantó para matar a la Madre
Ambika. Tan pronto como se puso de pie en su carroza, puso sus ocho brazos en
alto con espléndidas armas, que parecían llenar todo el cielo. La Devi lo vio
aproximarse e hizo sonar su concha. También pulsó la cuerda de su arco haciendo
un ruido insoportable. Llenó todas las direcciones con el sonido de su campana,
que aturdió a las huestes del demonio. El león dio un rugido que penetró las
diez regiones del cielo y destruyó el orgullo de los elefantes del demonio.
Entonces Kali
saltó hacia el cielo y cayó, golpeando la tierra con ambas manos. Este auge
ahogó a todos los otros sonidos. Shivaduti dio una carcajada
siniestra. Los demonios se estremecieron y Shumbha voló en una rabia terrible.
Ambika dijo: “!Quédate quieto, malvado!” Y todos los devas
gritaron: "¡Victoria a ti”.
Shumbha avanzó
arrojando su flamante lanza, terrible como una montaña de fuego, pero Ella la
extinguió con su meteoro. ¡Oh Rey! El terrible rugido del león llenó el
inter-espacio entre los tres mundos. Y sin embargo ¡los terribles truenos de la
Devi sofocaron incluso eso!
La Devi y el
demonio quebraron cada una las cientos de flechas de fuego del otro. Luego,
Chandika se enojó y lo golpeó con su tridente. El demonio cayó al suelo en un
desmayo. A continuación, Nishumbha recobró el sentido y agarró un arco. Golpeó
a la Devi, a Kali y al león con sus flechas. Ese Señor de danuja, el hijo de
Diti, extendió sus diez mil brazos y cubrió a Chandika con un sinnúmero de
discos.
Entonces la gran
diosa Durga, destructora de todas las dificultades, se enojó y dividió los
discos y flechas con sus propias flechas. Nishumbha entonces tomó posesión de
su mazo y, rodeado de su ejército, se abalanzó sobre Chandika para matarla.
Pero incluso mientras se acercaba Ella resquebrajó su garrote con una espada
afilada. Él agarró una pica. Mientras Nishumbha la alcanzaba con su flecha, Ella
le atravesaba el corazón con su rápida pica. De su corazón perforado otro valiente
guerrero salió diciendo: “¡Alto!” Riendo con fuerza la Devi cortó
su cabeza mientras hablaba y él cayó muerto.
El león devoró a
los asuras cuyos cuellos había aplastado, y Kali y Shivaduti devoraron a los
demás.
Muchos grandes asuras fueron asesinados por Kaumari con su
lanza. Otros fueron ahuyentados por el agua vibrada rociada por Brahmani.
Algunos fueron abatidos por el tridente de Maheshvari, y
otros fueron aplastados por el hocico de Varahi o cortados en pedazos por su
disco. Aindri mató a algunos con el rayo de sus palmas, mientras otros se
dieron muerte a sí mismos. Algunos huyeron del campo de batalla, y otros fueron
devorados por Kali, Shivaduti y el león.
ef
Capítulo Décimo
El Rishi continuó:
Cuando Shumbha vio a su hermano
Nishumbha, a quien quería como a su propia vida, ahora muerto y su ejército
sacrificado, habló con furia: “¡Oh, Durga! Te has vuelto arrogante y orgullosa
de Tu éxito! No muestres Tu vanidad: no hay razón para parecer tan arrogante, ¡pues
dependes de las otras para Tu fuerza!”
La Devi dijo: “!Oh vil criatura!
Estoy totalmente sola en el mundo del movimiento. ¿Quién más está ahí aparte de
mí? Estas diosas son manifestaciones de mis poderes. ¡Observa! ¡Existen dentro
de mí!” Entonces Brahmani y todos los demás
fueron absorbidos en su cuerpo, y Ambika permaneció sola.
La Devi dijo: “Todos estos aspectos
proyectados son mis atributos. Los he retirado ahora, y me quedaré sola en el
campo de batalla. Así que ¡vamos! ¡Iniciemos esta lucha!”
El Rishi dijo:
Así, mientras que los devas y
asuras observaban, inició una terrible batalla entre la Devi y Shumbha. Ellos
lucharon sin cuartel, lanzando misiles mortales y colmando de flechas en una
pelea que asustó a todos los mundos. El Demonio rompió las armas divinas que la
Devi lanzó por centenares, y las poderosas armas que él usó, Parameshwari las
aplasto fácilmente con un sonido contundente de "Hum".
Entonces el Demonio cubrió a la
Devi con cientos de flechas. En su ira, Ella le partió el arco con sus flechas.
Con su arco roto, utilizó la pica, pero mientras la sostenía Ella también la
cortó con su disco. Luego él, el Señor supremo de los demonios, tomando su
espada y su escudo brillante adornado con cientos de lunas, atacó.
Cuando él se acercó, Chandika
partió su espada y con las flechas atravesó el escudo brillante. Sus caballos
morían y su carruaje se había ido. El daitya agarró su terrible mazo dispuesto
a matar a Ambika, pero sus flechas partieron el mazo.
Shumbha levantó el puño y se
abalanzó sobre Ella, golpeándola en su corazón. Ella, a su vez, golpeó su pecho
con la palma abierta. Él cayó herido a tierra, pero inmediatamente se levantó y
se apoderó de la Diosa mientras volaba al cielo. Chandika peleó con él allí,
sin apoyo.
Los siddhas y munis observaban la
pelea con sorpresa y consternación. Este feroz combate nunca antes se había
visto. Mucho tiempo después, Ambika lo levantó, le dio vueltas en el aire y
luego lo arrojó a la tierra.
Luego el malvado asura Shumbha
levantó su puño y se abalanzó sobre Ella para matar. Esta vez la Devi lo
recibió con un dardo que le atravesó el pecho. Cayó sin vida en el suelo,
sacudiendo toda la tierra, sus océanos, montañas e islas. Con la muerte del
demonio malvado todo el mundo se regocijó. El cielo se despejó y la paz fue
restaurada. Las nubes y los meteoros, que peligrosamente se habían anunciado,
ahora se habían ido. Con la destrucción de Shumbha. Los ríos de nuevo fluían en
sus cursos.
Los corazones de los dioses se
llenaron de gozo y los gandharvas reanudaron sus canciones, mientras que otros
tocaban instrumentos. Las ninfas bailaban, soplaba una suave brisa, el sol
brillaba y los fuegos sagrados ardían con toda tranquilidad. Todos los sonidos
perturbadores fueron silenciados por todas partes.
ef
Capítulo Decimoprimero
El Rishi dijo:
Cuando el gran demonio fue
asesinado por la Devi todos los dioses, dirigidos por Agni, cantaron las
alabanzas de Katyayani y sus rostros radiantes llenaron el universo de brillante
luz:
“Oh
Devi, tú que remueves el sufrimiento de Tus devotos, conténtate con nosotros.
Oh,
Madre del mundo entero, ten compasión.
¡Oh
Reina del Universo, protege el universo!
¡Oh
Devi, quien gobiernas todo lo que se mueve y todo lo que es inamovible.
Solo
Tú eres la base de todo.
Tú
mantienes la forma de la Tierra.
Todo
este universo se satisface de ti en la forma de agua.
Tú
tienes coraje sin límites.
Tú
eres la Vishnu Shakti. Tú eres el máximo poder de Maya, la semilla origen del universo.
Por
Tu poder todo este universo ha sido arrojado en la ilusión, oh Devi, pues
cuando eres complacida Te conviertes en la causa de liberación de toda la
Creación.
Todas
las ciencias son parte de Ti.
El
poder femenino de todas las mujeres viene de Ti.
Por
Ti, Gran Madre, y solo por Ti está lleno este mundo.
¿Cómo
podemos entonces cantar Tus alabanzas cuando estás mas allá de la alabanza?
Todas las palabras sublimes no son suficientes para describirte.
Oh
Devi, Tú eres el poder que reside en todos los seres, el que otorga la
realización del ser, y da la dicha del moksha. ¿Cómo podríamos encontrar palabras para describir
Tu gloria?
Tú
resides como inteligencia en cada corazón, otorgando el cielo y la libertad.
¡Oh Narayani, nos inclinamos ante ti!
Nos inclinamos ante Ti, Oh Narayani, quien en forma de minutos y otras
divisiones de tiempo trae consigo cambio en todas las cosas y, en última
instancia, la destrucción del universo.
Oh
Devi de los tres ojos, dadora de auspiciosidad y prosperidad, Oh Narayani, Tú
eres nuestro único refugio, nos rendimos a Ti.
Nos
inclinamos ante Ti, Oh Narayani. Tú eres el poder de la creación, sustentación
y destrucción, eternamente.
Tú
eres la causa de los tres Gunas y también estás más allá de ellos. Tú eres el
camino supremo hacia la salvación.
Tú
das refugio a los abatidos y angustiados, y absorbes todo lo que aflige a tus
devotos. Oh Narayani, nos inclinamos ante Ti.
Tú,
quien viajas en el carruaje celestial tirado por cisnes, y cuando tomas la
forma de Brahmani rocías agua de la hierba Kusha. Oh Narayani, nos inclinamos
ante Ti.
Nos
inclinamos ante Ti, Oh Narayani, Tú que tienes la forma de Maheshvari, y que
cuando montas el gran toro con tu tridente eres adornada con la luna y una
serpiente.
Oh
Tú quien eres sin pecado, que tomas la forma de Kaumari, ejerciendo gran poder
en tu lanza, acompañada de gallos y pavos reales. Oh Narayani, nos inclinamos
ante Ti.
¡Oh
Tú quien, en la forma de Vaishnavi, sostienes la grandiosa concha, el disco, la
maza y el arco, se complacida con nosotros, Oh Narayani!
Nos
inclinamos ante Ti, Oh Narayani, cuando en forma de Varahi agarras el gran
disco y sostienes la Tierra en Tus colmillos. En forma feroz de Narasima
proteges los tres mundos, matando a los demonios. Oh Narayani, nos inclinamos
ante Ti.
Como
Aindri sostienes el rayo. Coronada con una diadema y deslumbrante con Tus mil
ojos tomas la vida de Vrita.
O
Narayani, nos inclinamos ante Ti quien mató a los anfitriones de los poderosos
daityas cuando te convertiste en Shivaduti, de apariencia terrible y rugiente
voz.
En
Tú forma de Chamunda con guirnalda de calaveras, con tu gran boca y temibles
dientes, mataste al demonio Munda. Oh Narayani, nos inclinamos ante Ti.
Oh
Narayani, te veneramos, Tú eres el sustento, la modestia, la prosperidad, la
sabiduría y la fe.
Tú
eres la dulce bebida y la cuchara del sacrificio.
Tú
eres la gran noche, la gran ilusión, nos inclinamos ante Ti.
Nos
inclinamos ante Ti, Oh Narayani, pues Tú eres Saraswati la fuente de
comprensión, hermosa, de cuerpo oscuro, e intuitiva. Complácete con nosotros.
¡Oh
Reina de todo, Tú resides en cada Ser. Tú eres el poder que da vida a cada Ser.
En
la forma de Durga cruzas el mar de terribles calamidades para rescatarnos. Nos
inclinamos ante ti.
Que
Tu rostro benevolente, adornado con tres ojos, nos proteja de todo el terror.
Oh Katyayani, nos inclinamos ante
ti.
El
cortante filo del tridente forjado en llamas mata a todos los demonios y nos
protege del miedo. Oh Bhadrakali, nos inclinamos ante Ti.
¡Oh
Devi! Tú campana llena el mundo con su llamado, destruyendo el vigor de las
huestes demoníacas. Que éste nos salve del error, como la voz de una madre.
!Oh
Chandika! Esa espada que empuñas en Tus brillantes manos ha traído nuestra
salvación, manchada con la grasa y sangre de los demonios. Nos inclinamos ante
Ti.
Cuando
estás complacida destruyes todas las enfermedades.
Cuando
te enfadas, frustras los deseos impuros.
Aquellos
que te buscan siempre están protegidos. De hecho, otros buscan refugio en
ellos.
Oh Ambika, manifiestas muchas formas resultado de Tu
gran masacre. ¿Cuál otra Diosa es capaz de esto?
Tú eres la luz que revela la sabiduría de los Vedas, de
las ciencias y de los dichos antiguos. En el abismo oscuro de la mente egoísta
haces que el universo se tambalee terriblemente.
Donde existan rakshasas y nagas virulentas y
venenosas, donde habitan los demonios y serpientes venenosas, donde los
enemigos y anfitriones de ladrones estén, allí estás Tú. Incluso en los
volcanes bajo el agua, allí estás Tú para proteger al mundo.
¡Oh Reina del universo! Tú proteges y mantienes el universo.
Tú eres el Ser mismo del universo. Tú eres la Diosa adorada por el Señor del universo.
Y aquellos que se someten a Ti en devoción, también se convierten en refugio
del universo.
!Oh Diosa! Sé compasiva y protégenos siempre como lo
has hecho ahora en esta masacre de asuras. Destruye los pecados de todos los
mundos, protégenos de las calamidades que surgen de la maduración de las
condiciones del mal. Nos rendimos ante Ti, ten misericordia ¡Oh Diosa! Solo Tú
puedes quitar la agonía del mundo. Tú eres Aquella que es adorada por los tres
mundos. Por favor, otorga bendiciones a los mundos”.
La Devi dijo:
“Oh devas, estoy dispuesta: pidan bendiciones. Todo lo que deseen para el
mundo, se los concederé.” Los Devas dijeron: “¡Oh, Reina de todo, ya que
has destruido nuestros enemigos, te rogamos, por favor destruye todos los
problemas de los tres mundos.”
La Devi dijo: “Cuando
el siglo veintiocho haya llegado, durante el período de Vaivasvata Manu-antara,
los Demonios Shumbha y Nishimbha nacerán como dos demonios diferentes. Entonces
saldré de la matriz de Yashoda, en la casa de Nandagopa, que vive en la montaña
Vindhya. y allí destruiré a los demonios.
Encarnaré de
nuevo en la Tierra en una forma feroz para matar a los danavas que descienden
del demonio Viprachitti. Y cuando devore a los feroces asuras, mis dientes se tornarán rojos como flores de
granada. Entonces los dioses en el cielo, y los hombres en la tierra, me
alabarán como Rakta-dantika cuando oren.
Y de nuevo, cuando sobrevenga una
sequía de cien años, volveré gracias a las oraciones de los santos. No naceré
de las entrañas de una madre, y sin embargo contemplaré a los munis con mis
cien ojos. Entonces la humanidad me alabará como Shatakshi, Aquella que tiene
cien ojos, y nutriré al mundo con flora sustentadora de vida, que crecerá en mi
cuerpo cósmico hasta que las lluvias regresen. Entonces seré conocida en el
mundo como Shambhari y mataré al gran demonio Durgama.
Entonces seré conocida como la diosa
Durga, cuando de nuevo asuma esa forma terrible en los Himalayas, y devoraré a
los rakshasas por el bien de los devotos munis. Ellos deberán inclinarse y
alabarme como Durga-devi. Y cuando el demonio Aruna esté causando caos en los
tres mundos, seré conocida como Bhima-devi en mi forma de múltiples abejas,
pues como un enjambre le daré muerte a este asura. Entonces, cada vez que sean
molestadas por los demonios, las personas me alabará en todas partes como
Bhramari, y yo encarnaré en aquel momento y mataré a sus enemigos.
ef
Capítulo Decimosegundo
La Diosa dijo:
“Y aquel que con atención pura me
alabe regular-mente con estos himnos, verá que sus problemas serán apaciguados
por Mí. Y cuando esta historia de la destrucción de Madhu y Kaitaba, y de la
violenta matanza de Shumba y Nishumba sea contada, entonces tanto aquellos que
canten como aquellos que escuchen con devoción esta historia, que ilustra mi
sublime majestad durante los días octavo, noveno y decimocuarto de la quincena
lunar, no serán alcanzados por ninguna calamidad o problema, ni serán
alcanzados por la pobreza o la separación de sus seres queridos. Sus enemigos
no les causarán miedo, ni los ladrones ni los gobernantes, ni el fuego ni las
inundaciones o cualquiera de las armas.
Es así como este poema de mi
majestuosidad debe ser recitado y escuchado con completa atención y sincera
devoción, pues es la fuente suprema de bendiciones. Que este poema de mis glorias sofoque ahora todas las epidemias y
calamidades de mente, cuerpo y espíritu. El lugar de mi santuario, donde este
poema sea cantado constantemente, será siempre mi morada y nunca habré de
abandonarlo.
En todas las ocasiones de
auspiciosa adoración, cuando se hagan ofrendas a la Tierra, y en la ceremonia
del fuego, toda esta historia que relata mis acciones debe ser contada y
escuchada. Aceptaré de corazón las ofrendas dadas en estas ocasiones, tanto por
las personas que conocen el protocolo como por aquellos que no lo saben, pero
que son devotos sinceros.
Durante la ceremonia de otoño
anual, durante la cual mi alabanza es realizada, cualquiera que escuche con fe
este poema de mi grandeza, será por mi gracia liberado de todos los problemas,
y será bendecido con hijos, riquezas y alimento. Escuchar mi glorificación trae como bendiciones la ausencia del
miedo y la realización de hechos heroicos. Los enemigos son vencidos y la
prosperidad se acumula. Las familias están alegres.
En todas las ocasiones, sea durante
ceremonias pacíficas o en momentos donde los planetas predigan desgracias o
disipar pesadillas, este poema puede ser cantado; y entonces las dificultades
se desvanecen. También produce paz en los niños que estén agitados y cura el
distanciamiento entre las personas cuando se han roto las amistades.
Definitivamente, este poema debilita a los
malhechores, y demonios, fantasmas y diablos son destruidos por su
canto.
Esta adoración completa hacia mí
hace que los devotos estén más cerca. Y
mediante la ofrenda de animales, flores, bebidas de bienvenida, inciensos y
lámparas, al nutrir a hombres sabios mediante cere-monias del fuego, y al
salpicar diariamente agua vibrada, entre otras ofrendas, las bendiciones
provenientes de ello vendrán a aquel de mis devotos que solo escuche una vez
este canto con amor por mí. Tendrán protección y una salud perfecta.
Esta celebración de mis
manifestaciones y la descripción de mis batallas libera a los hombres de los
enemigos y del mismo miedo. Y estos himnos compuestos por los rishis y las
alabanzas compuestas por el mismo Brahma confieren pensamientos puros. Cualquiera que esté atrapado en un
incendio forestal o en un lugar solitario, en el agua o peligrando a causa de
ladrones o de animales salvajes, encarcelado o atrapado en una tempestad
marina, o rodeado en la batalla por armas terribles, si recuerdan esta historia
de mi poder sus problemas se desvanecerán.
El Rishi dijo:
Tan pronto como la amada Ambika
terminó de hablar, se desapareció de la vista de los dioses adoradores.
Entonces los dioses, ahora libres de miedo, pudieron reanudar sus papeles y
disfrutar de su parte de las ofrendas. Como los temibles demonios Shumba y
Nishumba ahora estaban destruidos, todos los demás demonios regresaron al
infierno. Es así como, oh Rey, la adorable Devi, a pesar de que es eterna,
encarna una y otra vez para salvaguardar al mundo. Gracias a ella, todo este
universo es puesto en el engaño y es Ella quien todo lo crea. Cuando se le
suplica, Ella concede el conocimiento puro, y cuando se le complace otorga
prosperidad.
¡Oh Rey! Por Ella, por Mahakali quien
es la más grande Diosa destructora en el final de los tiempos, por Ella todo el
cosmos es dominado. En el momento
preciso, Ella es de hecho Maha Mari, la gran destructora. Es también la nonata,
que se convierte en esta creación cuando es tiempo de renovar la creación. Ella
es el ser eterno, que sostiene los seres creados en tiempos de estabilidad.
Es Lakshmi en tiempos de prosperidad,
otorgando bendiciones en los hogares de los seres humanos. Cuando está ausente es
Alakshmi, la causa de la destitución en tiempos de calamidad. Cuando es alabada con flores e
incienso, otorga hijos y la completa conciencia”.
ef
Capítulo Decimotercero
El Rishi dijo:
¡Oh Rey! Le he contado este sublime
poema del Devi Mahatmyam. La Diosa mantiene y soporta el mundo con su grandioso
poder. Ella es el poder ilusorio del
adorable Señor Vishnu, y sólo por su gracia se puede alcanzar el conocimiento. Gracias a su poder, usted y este mercader, así como
todos los hombres sagaces, son engañados.
¡Oh Rey! Acuda a Ella para que le
de refugio, pues Ella es la suprema soberana. Ella es Aquella que, cuando se le
adora, otorga la dicha, el cielo y la liberación final.
Markandeya
dijo a su discípulo Bhaguri:
Oh Gran Santo, tanto el rey Suratha,
que había estado tan descorazonado por su imperio perdido, como el mercader, se
inclinaron con reverencia ante el gran Rishi, quien era famoso por su
austeridad; e inmediatamente se prepararon para seguir su ejemplo. Se
instalaron a la orilla de un río y comenzaron a practicar penitencias recitando
el Devi Sutka, con el fin de invocar a Amba. Hicieron una imagen de la Devi en
arcilla en las arenas del río y la veneraron con flores e incienso, con fuego y
agua. Comieron con moderación y de vez en cuando ayunaron. Siempre con su
atención en Ella, ofrecieron sacrificios rociados con su propia sangre. Y luego
de pasar tres años continuos así adorándola, Chandika, el soporte del mundo,
estuvo con ellos satisfecha y se manifestó en persona para hablarles.
La Devi dijo: “Lo que sea que
pidas, Oh Rey, y tú también, llenar de alegría a tu familia, recíbanlo todo de
mí. Estoy muy complacida y les otorgo a ambos todas las bendiciones”.
Markandeya
dijo:
El Rey eligió un reino que nunca
pereciera, y en esta vida su propio reino donde sus enemigos fueran vencidos. Entonces el sabio mercader, cuya mente se había
vuelto desapegada del mundo, escogió aquel conocimiento que remueve el apego
del “mío” y del “yo”.
La Devi dijo: “Oh Rey, luego de
asesinar a tus enemigos recuperarás tu reino en poco tiempo, el cual perdurará
hasta el fin de tus días. Y cuando mueras, recibirás un nuevo nacimiento del
Deva Vivasvat (el Sol), y serás un Manu en la tierra llamado ‘Savarni’. Y, oh
más bueno de los mercaderes, te otorgo la bendición que has deseado te otorgue.
El conocimiento supremo será tuyo: la Realización del Ser”.
Habiendo así concedido las
bendiciones que cada uno deseó, la Devi desapareció mientras que ellos cantaban
sus alabanzas. Suratha renació entonces como el hijo de Surya y Savarna,
convirtiéndose así en Savarni, el octavo Manu.
ef
ef
OM tvameva sakshat,
Shri Mahalakshmi,
Mahasarasvati, Mahakali
Trigunat Mika
Kundalini sakshat,
Shri Adi Shakti
Mataji,
Shri Nirmala Devi, namoh
namah.
OM tvameva sakshat,
Shri Kalki sakshat,
Shri Adi Shakti Mataji,
Shri Nirmala Devi
namoh namah.
OM tvameva sakshat,
Shri Kalki sakshat,
Shri Sahasrara
Svamini,
Moksha Pradayini Mataji,
Shri Nirmala Devi,
namoh namah.